La puesta en valor del patrimonio industrial como recurso turístico
NUEVOS RECURSOS PARA NUEVOS TURISMOS
1.- Una aproximación al turismo como actividad económica
Resultan numerosas las definiciones existentes sobre el turismo que se han ido formulando paralelamente a la evolución de la propia actividad. Destaca, sin embargo, la realizada por la Organización Mundial del Turismo (OMT) que determina al turismo como el conjunto de “actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancia en lugares distintos al de su entorno natural por un periodo de tiempo consecutivo inferior a un año con fines de ocio, negocio y otros motivos”. De esta manera el turista será aquel visitante que incluye en su viaje una pernoctación, en caso de que ésta no se produzca será considerado como excursionista o visitante de día.
Actualmente, el turismo resulta una de las actividades económicas a escala internacional por varios motivos: es el primer sector de exportaciones en el mundo, su contribución al Producto Interior Bruto (PIB) mundial es elevada, ayuda a equilibrar la balanza de pago de muchos países, especialmente, de aquellos que se encuentran en vías de desarrollo y genera un alto volumen de empleo. En la India, por ejemplo, 38 millones de personas ocupan puestos de trabajo relacionados directamente con el turismo. En el año 2019, se registraron en el mundo, según datos de la OMT, 1.500 millones de llegadas de turistas internacionales lo que supuso una contribución al PIB mundial del 4,1%. Sin embargo, la COVID-19 ha supuesto un duro golpe para el turismo. Con el confinamiento y la posterior restricción de movimientos, los flujos turísticos quedaron prácticamente paralizados en todos los países. No obstante, la recuperación de la actividad turística a medida que se han ido flexibilizando las limitaciones de movimiento, está resultando altamente positiva. De hecho, según la OMT, las llegadas de turistas internacionales prácticamente se triplicaron de enero a julio de 2022 registrándose 207 millones de llegadas. El turismo internacional ya se sitúa casi al 60% de los niveles anteriores a la pandemia.
2.- Una breve caracterización del turismo en España
En el caso español, la contribución del turismo a la economía resulta esencial. Atendiendo a los datos que proporciona el Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la actividad turística, en el año 2019, visitaron nuestro país más de 83 millones de turistas internacionales, su contribución al PIB fue del 12,4% y se emplearon más de 2,6 millones de personas. Aunque, la pandemia también ha afectado a España como destino turístico los últimos datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo apuntan a que, en el verano de 2022, España recuperó el 92% de las llegadas de turistas internacionales del 2019 alcanzando los 9,1 millones en el mes de julio. Obviamente, el turismo de sol y playa es la principal motivación de los turistas internacionales que visitan España siendo las Islas Baleares, Cataluña y la Comunidad Valenciana, las Comunidades Autónomas más visitadas. Además, del turismo internacional, España cuenta con un turismo nacional, viajes realizados por la población residente en España, muy sólido. De hecho, en el año 2002, según la Encuesta de Turismo de Residentes (ETS) del INE, el turismo nacional generó más de 76 millones de viajes. Atendiendo a estas cifras, España se posiciona en los ránquines como uno de los países más visitados por los turistas internacionales junto con otros importantes destinos como Italia, Estados Unidos, Francia o China.
Sin embargo, el éxito de España como destino turístico también está generando una serie de impactos negativos económicos, sociales, culturales y ambientales, difíciles de afrontar. Por ejemplo, desde una perspectiva económica, el turismo genera una alta estacionalidad y precariedad laboral, también una excesiva dependencia de la economía local por la actividad turística que puede llevar al monopolio económico y ciertas distorsiones en la economía local (inflación, precios elevados, etc.), entre otros muchos factores. En cuanto a la dimensión ambiental, el turismo, en muchas ocasiones, genera una degradación del medio ambiente, acarrea especulación urbanística y una ruptura de la capacidad de carga de los destinos. En cuanto a los impactos culturales, un turismo mal gestionado puede contribuir a la destrucción del patrimonio cultural, así como a la pérdida de identidad de las poblaciones locales. Finalmente, desde una perspectiva social, el turismo genera tensiones entre el turista y la población local en aspectos relacionados, por ejemplo, con la transformación de la vivienda residencial en vivienda de uso turístico, la generación de ruido por el ocio nocturno o el deterioro del mobiliario urbano.
Los impactos generados por este turismo masivo como consecuencia de una inadecuada planificación y gestión de los espacios turísticos, denominado actualmente como “sobreturismo”, u “overtourism”, puede generar actitudes de rechazo de la población local que percibe como su calidad de vida se ve afectada gravemente por la práctica turística. Dichas tensiones pueden comprometer el buen desarrollo del turismo en destinos, tanto nacionales como internacionales. El surgimiento de otras modalidades turística más respetuosas con el medio ambiente y la población local, implementadas atendiendo a criterios de sostenibilidad, capaces de incluir nuevas variables culturales y naturales, son algunas de las herramientas que se están poniendo en marcha para abordar los problemas del “overtourism”.
3.- El turismo industrial. Nuevos recursos para nuevos turismos
En este caso, el turismo industrial se presenta como una herramienta para hacer frente al “overtourism”, capaz de hacer ampliar la oferta turística de los destinos y captar a un turista con motivaciones variadas (cultura, educativo, técnico, etc.). Pero ¿qué es exactamente el turismo industrial? El turismo industrial consiste en visitar espacios de producción que han sido puestos en valor desde una perspectiva turística (minas, fábricas, instalaciones agroalimentarias, infraestructuras hidráulicas, ferroviarias, etc.) para profundizar tanto en los procesos productivos allí generados, como en la cultura del trabajo. En algunas ocasiones, estos espacios industriales pueden encontrarse en activo, denominándose, en este caso, el turismo industrial como “industria viva”, mientras que otras ocasiones, las instalaciones pueden haber cesado su actividad, desarrollando un turismo industrial de naturaleza patrimonial o histórica.
España cuenta con destinos especializados en turismo industrial en prácticamente todas sus Comunidad Autónomas. En Castilla-La Mancha, por ejemplo, destaca Almadén (Ciudad Real), una antigua mina de mercurio que, tras cesar su actividad en el año 2003 por cuestiones medioambientales, se transformó en un parque turístico (Parque Minero de Almadén). En 2012 la UNESCO declaró las minas de Almadén, Patrimonio de la Humanidad. En Castilla y León, concretamente, en El Bierzo (León), Las Médulas también han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad, pero en este caso se trata de unas antiguas minas romanas en las que se utilizaba la técnica del “ruina montium” para extraer el oro.
Ejemplo diferente resulta el asturiano, la reconversión de la minería del carbón ha incentivado la transformación de numerosas infraestructuras industriales en recursos turísticos como, por ejemplo, el Museo de la Minería y la Industria de Asturias (MUMI) o el Ecomuseo del Valle del Samuño. Por su parte, en Andalucía, se localiza el Parque Minero de Riotinto (Huelva) cuya oferta pivota en varios recursos como el ferrocarril minero, las antiguas minas de Peña Hierro y Corta Atalaya y la Casa 21. Cataluña y el País Vasco, dos de las Comunidades Autónomas en las que la industria ha tenido un mayor peso y tradición, también cuentan con ejemplos interesantes. Cataluña ha puesto en marcha la Red de Turismo Industrial de Cataluña (XATIC) para fomentar no solo la visita de espacios industrial, sino también la realización de actividades relacionados con estos recursos del territorio. En esta misma línea, el País Vasco ha generado una red de museos y centros que reúne los principales recursos del patrimonio industrial vasco.
4.- El turismo industrial en el municipio de Madrid
Resulta complejo afirmar la existencia de un turismo industrial en el municipio de Madrid puesto que resultan escasos los datos existentes sobre las motivaciones que tienen los turistas que visitan la ciudad y tampoco se ha detectado una comercialización evidente de productos turísticos relacionados con esta temática. Sin embargo, sí que se han detectado una serie de recursos culturales que podrían estructurar una oferta de turismo industrial en la ciudad. Todos ellos son bienes culturales o que tienen un origen industrial y dan a conocer algún aspecto de la industrialización en España o que albergan algún tipo de colección relacionada con diferentes procesos productivos de naturaleza industrial o artesanal Entre los más representativos destacan los siguientes:
a) Museos de Metro. Se trata de una iniciativa de Metro de Madrid para dar a conocer el particular patrimonio cultural ligado a este medio de transporte. Consta de cuatro espacios históricos:
- Nave de Motores de Pacífico. Aquí se ubican tres motores diésel que servían para generar y transformar la energía con la que circulaban los trenes.
- Andén 0. Estación de Chamberí. Esta estación fue cerrada al público en los años sesenta ante la imposibilidad de ampliarla para dar acogida a convoyes de tres de metro más largos. En la actualidad, tanto el hall de entrada a la estación como el propio andén han recuperado su estructura y estética original.
- Estación de Chamartín. Acoge una exposición de trenes clásicos de Metro.
- Estación de Pacífico. Recuperación del antiguo vestíbulo de 1923.
b) Museo Naval. Localizado en pleno Paseo del Prado que ha sido declarado recientemente Patrimonio de la Humanidad como Paisaje de la Luz, la exposición permanente de este museo permite hacer un recorrido por la historia naval española incidiendo, entre otros aspectos, en sus sistemas de construcción naval.
c) Museo de Aeronáutica y Astronáutica. Situado en la base área de Cuatro Vientos, permite al visitante profundizar en el patrimonio histórico de la aeronáutica española mediante la visualización de aeronaves, motores, maquetas, etc. expuestos en sus instalaciones.
Frente a estos recursos culturales especializados a dar a conocer diferentes procesos productivos y aspectos ligados con el desarrollo industrial y el progreso tecnológico español, también existen otros recursos que, aunque tenían en el pasado una funcionalidad industrial, en la actualidad, ésta ha desaparecido por completa para dar paso a otra de carácter cultural completamente ajena a la original. De hecho, en muchas ocasiones, resulta muy difícil, o casi imposible, reconocer su uso industrial anterior, aunque su valor como patrimonio industrial resulta indiscutible.